COMPARATIVA DEL SISTEMA ESPAÑOL Y SISTEMAS EUROPEOS

 


Finlandia, ¿es realmente un modelo a imitar?

Hoy en el alambique, como buenos alquimistas que somos, vamos a comprobar si es oro todo lo que reluce.

Tras los informes PISA de los últimos años, el mundo se ha vuelto loco con el sistema de educación finlandesa. Y se le propone como modelo a imitar para mejorar la educación; pero ¿por qué?, ¿es realmente la educación finesa tan milagrosa como parece?

En este post, vamos a comparar la educación finlandesa con la española.


Un siglo de reformas: Análisis de antecedentes y desarrollo histórico

El sistema actual de educación en España bebe de la ley de educación (LGE). Sin embargo, en los últimos años se han realizado una serie de reformas, LOGSE, LOCE, LOE, LOMCE y la futura LOMLOE, que modifican algunas de las metodologías o parámetros.

Por otro lado, en Finlandia las bases se asientan tras la independencia de Rusia. Proponen un sistema educativo en los años 70 que no será modificado hasta los años 90, en los que se da la base del sistema actual.

Así vemos que una de las principales diferencias en ambos sistemas educativos son el número de reformas y, sobre todo, la presencia de un pacto de estado por la educación en el país del norte que quizás sea una de las cosas que más añoramos en educación actualmente.


¿Cómo organizamos el sistema?: Estructura del sistema educativo

En España, el sistema educativo se conforma por Educación infantil (de 3 a 6 años, aunque no obligatoria); Educación primaria (de 6 a12 años, obligatoria y gratuita) ; Educación secundaria (de 12 a 16 años, obligatoria y de nuevo gratuita). Acabada la educación obligatoria los alumnos disponen la posibilidad de realizar 2 cursos de Bachillerato o realizar Ciclos Formativos (Grado Medio y Superior). Y la Educación superior que se impartiría en las Universidades.

Por otro lado, Finlandia tiene una educación obligatoria de 9 años (de los 7 a los 16) que se dividiría en Educación primaria y Secundaria inferior. Al finalizar esta etapa podría optar a la educación secundaria superior (3 años): Formación profesional o a un Bachillerato. Finalizada cualquiera de estas opciones, presentan la Educación superior con tres posibles itinerarios: AMK (formación profesional superior), Universidad y Educación superior de formación militar.

Como vemos, el espacio de tiempo de la educación obligatoria en ambos países no difiere en gran medida, sólo su forma de organización. Y entonces, ¿cuál puede ser la gran diferencia?

La mayor diferencia la encontraríamos en dos factores:

Coste: La Educación se ha considerado un derecho fundamental de los ciudadanos y esto se ha traducido en dos corrientes distintas en estos países. En Finlandia se ha establecido una educación básica gratuita y obligatoria que desligue la educación de posibles dificultades económicas; además, esto se ha extendido a la educación superior. Por otro lado, en España se asegura la gratuidad en la educación obligatoria (tanto primaria como secundaria); sin embargo, el acceso a la Universidad puede suponer un elevado coste, aunque se hayan planteado sistemas de becas para el acceso a la universidad.

Centralización: La otra gran diferencia es la centralización de la educación. En España hay un sistema descentralizado en el que las competencias de educación se dividen entre el Estado Central y las Comunidades Autónomas. En Finlandia, es el estado quien redacta el currículo, asegurando que independientemente de la zona de estudios, se alcancen las mismas competencias.


Inversión económica en educación

Y claro, para conseguir un sistema educativo de calidad, es necesario llevar a cabo una inversión económica que asegure las infraestructuras y los recursos humanos y materiales necesarios para los alumnos y profesores.

Antes de proseguir, me gustaría resaltar que, según los informes de PISA, la inversión puede ser un punto importante en el rendimiento de los estudiantes; pero ni mucho menos es fundamental. Existen una serie de factores como los antecedentes, tanto culturales como genéticos, o el entorno social que afectan de forma mucho más significativa a la educación y su rendimiento.

Volviendo al tema financiero, el informe Bofill de educación España apenas dedica un 4,47 % de su PIB a la educación, muy por detrás de otros países europeos y en concreto 16 puestos por debajo de Finlandia, que se sitúa casi un punto porcentual por encima de la media europea. ¡Echadle un ojo al gráfico comparativo del informe!

Tras verlo, podríamos deducir que una de las grandes diferencias podría ser el grado de inversión; pero cómo hemos dicho al comenzar este bloque, la inversión económica, aunque importante, no es el factor de mayor peso en el rendimiento.

¿Y qué otros factores debemos considerar?


Enseñando a educar: Formación del profesorado

Y creo que llegamos a un punto clave en esto de la comparación: los profesores.

El sistema español obtiene sus profesores de primaria a través de una carrera universitaria (4 años); mientras que los profesores de secundaria necesitan su carrera de rama y un máster que les especialice en educación (un total de 5 años). En este caso, la nota media con la que se suele acceder a la carrera es un 8 sobre 14 (el equivalente a un 6,4 en la escala del 1 al 10).

En Finlandia se trata de una carrera universitaria cuya nota se sitúa en un 9 y que además de esta elevada nota requiere de una serie de exámenes adicionales que incluyen pruebas de lenguaje, matemáticas, aptitudes artísticas y tecnológicas; así como una entrevista personal.

Además, una vez finalizados los estudios, en ambos países se requiere una formación continuada que asegure el reciclaje de conocimientos y la incorporación de metodologías que se adecúen a los cambios en la situación social. La forma de adquirir esta formación continua también es distinta en ambos países: En España la formación complementaria corre a cuenta del propio docente y, en la mayoría de los casos, esta se sitúa fuera del horario laboral. En contraposición, en Finlandia la formación corre a cuenta del estado e incluso se ofrecen excedencias para la formación.

A priori, tras este análisis, podríamos pensar que España se ha quedado atrás en ciertos aspectos. Que la descentralización y una inversión más baja en educación podrían estar lastrando el rendimiento. O quizás la selección de profesores debiera ser más estricta para asegurar que sólo los mejores forman a nuestros alumnos. Y, sinceramente, creo que en España aún nos queda mucho que mejorar en estas lides.


Casi hemos acabado. Ha sido una entrada extensa; pero antes de irme, me gustaría dejaros el siguiente link, donde Gabriel Helle- Sahlgren, director de investigaciones del Centro para el Estudio de Reformas de Mercado en Educación (CMRE), nos presenta en esta entrevista su estudio sobre el declive del sistema de educación finlandés.


En mi opinión, tras analizar ambos sistemas y leer este interesante artículo, me gustaría defender que la educación debería adaptarse a las circunstancias específicas de cada país y sus gentes. Y, sin perder de vista que esas diferencias culturales y procedimentales, son las que nos hacen únicos, recomendar que no se importen sistemas educativos; sino que se debe diseñar un sistema propio, con un proyecto firme y a medio-largo plazo. Quizás tomando prestados algunos detalles que consideremos especialmente positivos de otros sistemas; pero sin olvidar que cada sistema cultural necesita de un sistema educativo propio.

 

Espero que este post, aunque ciertamente denso, os haya resultado interesante.

¡Nos leemos en el próximo destilado!


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿QUIÉN MANEJA EL ALAMBIQUE?

APROVECHANDO QUE LA SEMINCI PASA POR VALLADOLID...

PROYECTO EDUCATIVO